El choque amistoso entre Gimnasia y Villa San Carlos fue el camino elegido para que Jorge San Esteban, de entrañas berissenses, pero de corazón albiazul, tuviera la oportunidad de escuchar a "La 22" corear su nombre. Al fin y al cabo, es el futbolista que más veces vistió la camiseta de Gimnasia en la era profesional.
Cuando pisó el campo de juego, ladeado por sus pequeños hijos y con la camiseta de Gimnasia puesta, la ovación fue total en el Bosque y la tormenta pareció precipitarse por el estruendo de los aplausos y las lágrimas del propio Coco y de muchos que lo vieron crecer con la casaca del Lobo como emblema y el perfil bajo como norma de vida.
Luego llegaron las felicitaciones dirigenciales, la entrega de una plaqueta homenaje y la eterna producción de fotos que muchos guardarán en el arcón de los recuerdos.
Los saludos con cada uno de sus ex compañeros se hicieron eternos. Nadie se quería perder el abrazo sincero. Incluso Madelón, a la postre el técnico que le fue de frente y le dijo que no iba a tenerlo en cuenta como primer suplente en esta temporada, fue quien se acercó hasta el círculo central y empujó al Coco para que se corriera hasta la cabecera del Bosque y recibiera la más cálida ovación.
Por decisión de ambos técnicos que querían que este amistoso entre Gimnasia y Villa San Carlos, el nuevo club del Coco, sirviera para la puesta a punto y se jugara con la mayor seriedad posible, se pautó de antemano que San Esteban jugaría 15 minutos para Gimnasia y el resto para
Otra lágrima brotó en el Bosque cuando el Coco se sacó la azul y blanca y se calzó la celeste. Era el verdadero "hasta siempre" a un ídolo, a un símbolo del club, y como tal, con alma de guerrero, Jorge San Esteban dejó en claro que su amor es el fútbol y se entregó por completo a defender los colores de
En el final del partido se repitió la misma historia. Todos los abrazos fueron para él, lo mismo que los aplausos y ovaciones. San Esteban ya no juega en Gimnasia, pero no dejó el club. Esa es su casa y por ende vuelve a diario para no extrañar. Y seguro lo seguirá haciendo por siempre.(Fuente: EL DIA)