Este martes en horas del mediodía vecinos de la zona de calle 13 y 160 dieron cuenta de un episodio de violencia cuando dos chicas, que llevaban un bebé en brazos, manifestaron haber sido intimidadas verbalmente por trabajadores de la construcción.
Cercano al lugar se encontraba (al parecer) el padre de una de ellas, quien al advertir la situación se acercó inmediatamente e increpó a los albañiles, dado que no sería la primera vez que sucede. Mientras las jóvenes en estado de alarma y exaltación acusaban el agotamiento por vivir este episodio con asiduidad.
El tono de la trifulca se había elevado cuando debieron hacerse presentes dos móviles de la policía para intervenir en la situación.
Cabe destacar que en este tiempo de luchas y conquistas la tolerancia al acoso callejero –cualquiera sea su forma- es y tiene que ser nula.