En el marco del prolongado corte de luz que sufrieron los vecinos del Barrio Obrero, Claudia se comunicó con BerissoCiudad en Radio para dar detalles de los inconvenientes que esto generó en el devenir cotidiano de los frentistas, además de las pérdidas económicas y el malestar general.
“En la madrugada del domingo, a las 4, sufrimos un corte de luz en el Barrio Obrero, yo vivo en Manzana 4, pero cuando afectó un radio mayor, afectó nueve manzanas. Como era domingo nos levantamos y empezamos a hacer cadenas para llamar a EDELAP. El domingo a las 5 nos trajeron un generador y hasta las 7 de la tarde tuvimos luz y cuando toda la cantidad de gente empezó a consumir nos quedamos de nuevo sin servicio, no volvimos a tener más hasta el lunes a las 9 y media de la mañana”, reseñó.
Y continuó: “tuvimos que tirar todo lo que teníamos en la heladera, somos todos trabajadores que trabajamos todo el día para llenar la heladera en el día, una leche, una manteca para los chicos. Tiramos todo el lunes y al tener energía por la mañana salimos a comprar cosas de nuevo, lo mínimo e indispensable porque veíamos que todavía estaba el generador”.
“Ves las boletas de mis vecinos con diez u once números de reclamos distintos, pero ahí muere. Y a la tarde nos cortan la luz de nuevo, ahí ya entramos en desesperación porque hay gente grande, gente enferma, chicos con asma. Llamar a EDELAP es más triste que no llamar, porque nos atienden pero nos faltan el respeto, que solo pueden tomar el número de reclamo, no tiene superior. Están ahí solo para atender el teléfono y dar un número. Yo entiendo su trabajo, pero tengo un bebé de 8 meses y una mama de 74 años con asma, hace cuatro días que no la puedo nebulizar, cada vez respira peor y no puedo pagar un taxi dos veces por día para ir al hospital. Yo estoy pagando un servicio del cual me siento presa, porque si me dieran la posibilidad de elegir otra cosa, con lo que gasto de energía me compro un generador, pero las boletas llegan. El domingo estábamos en la calle todos sin luz y pasó el señor repartiendo las boletas que se vencen en diez días y no tengo luz por cincuenta horas”, graficó Claudia con justa indignación.
Párrafo aparte para los episodios de inseguridad que sufren en la zona: “desde hace dos meses que en la manzana tres y cuatro vivimos sufriendo delitos continuamente, de los graves. Robos donde se meten en las casas y toman a las personas como rehenes y no sale en ningún medio. El apoyo es de la policía, anoche era una boca de lobo y nos trajeron seis patrulleros, después tuvieron que empujarlos porque ellos ponen todo lo que tienen pero no alcanza. Los paran para darnos una mano y no les arrancan. Mientras hay una empresa que es millonaria con nosotros, no tenemos luz, pero si no pago a los diez días tenés un señor con un alicate. Pagamos todos los impuestos municipales, estoy a media cuadra de la 30 y a media cuadra de la Montevideo pero no porque viva en el Barrio Obrero no tengo derechos. Estamos desbordados”.
“Nadie te escucha. Hay que ponerse en la piel de cada uno, no es por un televisor, es un derecho porque pagamos un servicio. Seguimos sin luz, sin que nos atiendan porque una vez que llamamos varias veces ya nos ponen la máquina. Somos más de doce viviendas las que continuamos sin luz”, manifestó la vecina, remarcando que son más de sesenta personas las afectadas.
En cuanto a las medidas que pueden llegar a tomar, Claudia indicó que “no somos de salir porque a mí me pase un drama tenga que pagar el otro, pero anoche lo pensamos porque llegamos al límite. Anoche una mujer nos atendió y nos dijo ‘señora una manzana no es el mundo’ y uno se indigna peor. Yo soy persona, votando, vecino, sé que no soy el mundo pero tengo mis derechos. Llegamos al límite en que dijimos que nos vamos a juntar y a cortar la calle, tenemos el asentamiento que no está declarado y consumen, esto es así, ellos tienen luz y no la pagan, y nosotros no tenemos y cuando ellos se quedan sin luz salen a cortar y a la media hora tienen generador”.
Asimismo, aseguró que su esposo junto a otros vecinos se dirigieron en horas de la mañana a la empresa EDELAP: “tenemos que dejar de trabajar para ir a reclamar porque necesitamos la luz para darle de comer a nuestros hijos. Y hoy otra vez tengo que tirar todo, yo este mes no llego a fin de mes y cuando venga la factura de EDELAP no voy a poder pagar y me van a cortar”.
“Llamamos a todos lados a los medios, a la Municipalidad. Nadie nos escuchó. Los únicos que se hicieron presentes de la Municipalidad son el comando de Patrullas. Vinieron a brindarnos apoyo, porque no saben cómo estamos. Tenemos que salir entre todos a buscar a la gente a la Montevideo porque no podemos entrar al barrio, y sin luz. Anoche a mí y a mi vecina nos corrieron arriba del techo. Estamos presos de un servicio que no tenemos y por el que pagamos una fortuna”, lanzó la frentista.
Siguiendo con su exposición, Claudia volvió a destacar la colaboración de la Comisaría Segunda, dado que al estar completamente a oscuras el barrio se torna más peligroso y desbordado.
“Llamamos también a Defensa del Consumidor y te dice una máquina que el reclamos es solo para factura. Entonces, ¿dónde vamos? ¿Qué hacemos? Estamos atados de pies y manos, sin salida. Por eso pensamos en cortar la calle. Anoche veíamos la desidia, entre todos conteniéndonos, compartiendo lo poquito que tenemos y que ganamos con honor, con sudor. Nadie nos regala nada y nos toman el pelo, porque cuando necesitan votos existe el Barrio Obrero, después no somos nadie. Nadie aparece y reclamamos por todos lados. No queremos molestar al otro pero lo único que nos queda es salir a la 30 y que alguien se haga presente porque no somos más que un número que vota para ellos”, sostuvo la entrevistada.
Para cerrar, expresó su agradecimiento hacia BerissoCiudad: “de todos los que llamé fueron el único medio que se hizo eco. Agradezco eso profundamente”.
Concluyendo la comunicación, otra vecina también comentó su padecer: “tengo problemas de bronquios, de asma. Todo el reclamo de Claudia es muy real y yo lo que pido es hacerme dos nebulizaciones por día. A mí ya no me molesta si tiro comida, ahora solo peleo para poder vivir, para tener luz para las nebulizaciones y poder vivir”.
“No es que no sea importante la carne, pero es más importante para mí lo que pasa con mi salud. Yo vivo por mis veinte y cuarenta minutos diarios de nebulizaciones. Vivo por eso. Y el 4 y el 15 tengo que pagar la luz, las boletas vienen lindas y bárbaro. Espero poder vivir para pagarlas, porque no puedo ir a cada rato al hospital. No puedo y tampoco corrresponde. Nos tienen sometidos, porque si me dijeran que no me cobran más y que haga lo que quiera es una cosa”, sentenció.