Por Blackie Walsh, redactora de www.laotracara.info

El presidente Javier Milei y Mauricio Macri mantuvieron dos reuniones a solas en menos de 15 días.  La más reciente fue el lunes pasado, en la Quinta de Olivos. 

Pese a las peleas entre los dos, la relación entre ambos dirigentes parece atravesar un inédito nivel de profundidad. ¿Por qué Macri baja la cabeza?

El clima sobre violencia, política y de género es por demás caldeado en el país, y con repercusiones mundiales. El PRO no está fuera de este tema tan sensible y terrible. 

Toda persona puede acercarse a Tribunales y no solo ver los casos de corrupción sobre ex funcionarios de este partido (y que han salido en cientos de medios, como el lavado de dinero en Andorra o el caso Pepin Rodríguez), sino sobre violencia laboral e intrafamiliar que están en Lavalle 1200 y pesan sobre ex funcionarios de la Casa Rosada en la época de Macri.

La clemencia que pide Macri a Milei, tira por debajo todos los planes que el ex presidente tenía para destruir políticamente a Javier, teniendo que aceptar que el propio presidente le diga ahora que tiene que hacer.

En estas charlas muchos dicen que ambos comparten posiciones sobre el rumbo que debe encarar la Argentina, pero Macri también ha exteriorizado objeciones acerca de la labor cotidiana del gobierno nacional, incluso apuntando a áreas donde, a entender del líder del PRO, “falta gestión”. Obviamente es un tema que Milei no va a aceptar viniendo de un Mauricio a punto de llegar a su porcentaje más débil en la política argentina.

Macri siempre criticó al entorno más cercano de Milei,  pero ahora retomó el contacto con Santiago Caputo, al igual que con la ministra de  Seguridad, Patricia Bullrich.

En la Casa Rosada estarían dispuestos a darle reconocimiento a Macri, aunque sin ceder sillas claves en la estructura de poder, ni a prestarle más atención a sus sugerencias.

Al mismo tiempo, crece en Macri la necesidad de empezar a dialogar sobre la cuestión electoral.  Sabe que su imagen, y la de muchos de su entorno, comienza a desaparecer. El dilema: cómo LLA y el PRO darán pelea en 2025 frente a un bloque opositor que conformarán el PJ y las distintas expresiones del progresismo.

De parte de Milei, la orden a la tropa libertaria es no pescar en la interna del PRO, que tiene a Bullrich dispuesta a una fusión con La Libertad Avanza.

Por lo pronto, los acuerdos con el PRO, que fue el principal aliado del oficialismo, serán por distrito y, eventualmente, en función del rendimiento del gobierno.

¡Cómo y con qué rapidez cambian las cosas en Argentina! La violencia ya no es solo sobre el millón de menores que se van a dormir sin comer en el país, ni sobre la clase trabajadora, ni sobre el 60% de pobres, es sobre las mujeres de muchos políticos de toda la historia democrática al país, sobre "martes" desestabilizando a toda la sociedad y la democracia nacional.