En su visita a Berisso, el precandidato a gobernador bonaerense por Política Obrera, Pablo Busch, planteó los ejes de su campaña, donde la flexibilización laboral es una de las cuestiones a revertir. En esta oportunidad lo acompañó su par en Berisso y precandidato a intendente, Eduardo Molina.

“En la campaña lo que hacemos es un diagnóstico y lo que verificamos es que los trabajadores están atravesando una crisis social. En un barrio de La Plata nos contaban que tiene que trasladar el agua desde el Mercado Central con mangueras, por ejemplo”, comenzó diciendo.

Lo que creció “es el empleo de precarización absoluta; desde el punto de vista de los medios quien cobra un plan es desocupado, pero desde el Gobierno son ocupados”, explicó.

Y en este punto es donde se detuvo para afirmar que “en el problema de la flexibilización laboral se va la vida. En los sindicatos se acuerdan salarios bajos y se fuerza la mano a los trabajadores que no tienen otra que vivir haciendo horas extras. Esta es una discusión no sólo de Argentina sino a nivel mundial”.

Respecto del ambiente, plantean lo mismo: “la pandemia fue el resultado de las relaciones del régimen capitalista y la pobreza. Sequía, deforestación, envenenamiento de los productos y como resultado de eso aparecen enfermedades, virus y el COVID-19”.

Por otro lado, indicó que “para presentar una lista a nivel nacional requiere de mil quinientos trámites burocráticos, algo que para un partido sin recursos se vuelve casi imposible”.

De todos modos, agradeció el esfuerzo que se hizo entre compañeros para llegar a una legalidad.

A su vez, consideró que esta elección “va a presentar una crisis muy profunda de la izquierda, ya que hay gente que en 2015 los votaba y ahora no; hay que preguntarse por qué, nosotros consideramos que no pasó la prueba del Parlamento. Los hemos visto votar leyes y proyectos incompatibles con el socialismo”.

“El Frente de Izquierda tiene una interna que produce repulsión en los trabajadores. Nosotros defendemos los métodos y tradiciones del partido histórico”, afirmó.

Entre tantas dificultades, “el piso de 1.5 te deja fuera de batalla; por eso, les pedimos a los oyentes que tengan en cuenta los derechos democráticos para llegar”, graficó el trabajador de Unilever.

Por su parte, el precandidato a intendente, Eduardo Molina, señaló que en Berisso los militantes de Política Obrera vienen desde hace veinte años. “hace cuatro años dijimos como pronóstico que asistíamos a un proceso de crisis mundial. Contrario a eso queremos representar la identidad de los trabajadores y darle una vuelta distinta”.

Sobre el cierre, Busch adelantó que la autoconvocatoria de la clase obrera “va a ser contundente”.

El itinerario de ambos precandidatos continúa por los barrios de Berisso, seguido de una convocatoria a Casa de Gobierno a las 16 horas.