Teniendo en cuenta que el debate entre nuestro compañero Miguel López Muntaner con el concejal radical Jorge Nedela excede el debate entre dos militantes políticos, desde el Peronismo de Abajo le respondemos a la UCR de Berisso, porque consideramos que este es un debate entre fuerzas políticas y no un debate interpersonal, más allá que los que discutan sean dirigentes reconocidos de nuestra ciudad.
Es cierto las políticas de Derechos Humanos no comienzan en el años 2003, comienzan a partir de la recuperación democrática en el año 1983. Habría que preguntarse entonces ¿Por qué razón son los propios organismos de DD.HH., los que en su gran mayoría reivindican el inicio de una nueva etapa en políticas de DD.HH. a partir de la llegada de Néstor Kichner al poder?
El extinto presidente no fue quien habló de la “guerrilla fabril”, semanas antes del golpe de estado de 1976, tampoco fue quien durante los primeros meses de la recuperación democrática sabía de la existencia de una prisionera de la dictadura militar -Cecilia Viñas de Penino- que estuvo en cautiverio en un centro clandestino de detención que se desconoce, por lo menos hasta el mes de marzo de 1984.
Cuenta el diario Página/12, en su edición del 24 de noviembre de 1998, que “En 1983, once días después del regreso de la democracia, el padre de Cecilia recibió una llamada de su hija que confirmó el nacimiento del niño. Mantuvo otras siete comunicaciones desesperadas hasta que el 19 de marzo de 1984 se interrumpieron. Llegó a decir que confiaba en su próxima libertad, hablaba de traslados junto a un grupo de personas en su misma condición y pedía con angustia que buscaran a su hijo”.
Cecilia Viñas estaba casada con Hugo Penino. Ambos fueron secuestrados en 1977 en la Capital Federal. Ella estaba embarazada de un hijo varón que nació en cautiverio en la ESMA. El chico fue apropiado por el Capitán Jorge Vildoza, quien hoy se encuentra prófugo de la justicia y quien nunca pudo ser sentado en los estrados judiciales para dar cuenta de sus responsabilidades durante la dictadura cívico-militar. Este episodio ocurrió durante los primeros meses del gobierno de Raúl Alfonsín y es conocido por los organismos de DD.HH. que ya militaban en ese tiempo y que cuestionaban la teoría de los dos demonios tan en boga por esos años.
Nadie pone en cuestión que la Unión Cívica Radical es una organización política con fuerte raigambre popular y una fuerza que se destacó por tener dirigentes de la talla de Hipólito Yrigoyen, que incluso, con su orientación política, ha nutrido a través de FORJA a una fuerza popular tan masiva como el “peronismo”. Pero ha tenido momentos de flaqueza por la debilidad de sus propios dirigentes. Arturo Illia asumió la presidencia de la nación tras ganar las elecciones de 1963 con el 23 % de los votos y con el peronismo proscripto. En ese momento los dirigentes de esa fuerza política aceptaron ir a elecciones en un proceso limitado, pues se dejaba la margen a una de las fuerzas políticas con mayor capacidad de movilización. Allí el resultado de esa elección fue más que evidente: el peronismo se había quedado afuera. Balbín prefirió referirse a la “guerrilla urbana”, en lugar de intentar por todos los medios sostener al debilitado gobierno de Isabel Perón para que llegar al menos hasta el siguiente período eleccionario y evitar así la debacle de un gobierno constitucional.
Diez días antes de que Néstor Kichner asumiera la presidencia, el diario La NACION, en su edición del 15 de mayo de 2003, le “comunicó” a Néstor Kirchner que “su gobierno duraría sólo un año” y le presentó un asombroso pliego de condiciones: “alineamiento automático con Estados Unidos, encuentro con el embajador y los empresarios, condena a Cuba, reivindicación de la guerra sucia y medidas excepcionales de seguridad”. La columna no estaba firmada por un “cuatro de copas”, sino por el número uno del diario, Claudio Escribano.
Si hay algo que caracterizó a Néstor Kirchner, en su función como presidente, fue el hecho de haber conducido el país con firmeza y seguridad. En ningún momento mostró signos de debilidad frente a los adversarios y mucho menos condicionamientos de ninguna índole. Hay obviamente un fuerte contraste entre la fuerza arrolladora y la capacidad de iniciativa de Kirchner y el último mandatario de la UCR, Fernando De La Rúa. Este pasó sin pena ni gloria por la gestión de gobierno y es motivo de una controversia judicial por los crímenes cometidos durante los sucesos del 19 y 20 de diciembre de 2001.
En esta polémica con el concejal Nedela, no se trata de debatir qué fuerza política es más idónea que otra para conducir los destinos de la nación. Coincidimos en la necesidad de pensar en el presente para proyectar el futuro, pero también creemos que si tenemos que revisar lo actuado por el presidente Raúl Alfonsín, necesariamente debemos repasar la historia en su “onda larga” con sus “atinos” y desatinos, porque como escribió el periodista RODOLFO WALSH: “Nuestras clases dominantes han procurado siempre que los trabajadores no tengan historia, no tengan doctrina, no tengan héroes y mártires. Cada lucha debe empezar de nuevo, separada de las luchas anteriores: la experiencia colectiva se pierde, las lecciones se olvidan. La historia parece así como propiedad privada cuyos dueños son los dueños de todas las otras cosas”.
Profundizar este debate excede esta pequeña controversia con el Concejal Nedela y desvía los objetivos planteados por nuestra agrupación, pues estamos debatiendo sobre cuestiones de fondo que tienen que ver con las formas y los modos en los que nuestras fuerzas políticas se han constituido como tales. Con aciertos, con errores, con contradicciones internas. Aquí no vamos a resolver el debate. Sólo damos los primeros pasos en una discusión necesaria, que debemos profundizar en términos históricos para avanzar en la construcción de unidad en la diversidad y no una sociedad unidimensional como considera erróneamente el concejal Nedela, a quien enviamos nuestros respetos.
Peronismo de Abajo