En un hecho poco habitual en el ámbito del fútbol infantil, los jugadores de la categoría 2012 de la Filial Miguel Curell, de Berisso, llevaron adelante una sentada en señal de protesta contra los fallos arbitrales que consideran injustos. El episodio ocurrió el pasado fin de semana durante un partido de la Liga Infantil de Fútbol Independiente Platense Amateur (LIFIPA), donde enfrentaron al equipo de Barrio 5 de Mayo.
La medida tuvo lugar en la previa del partido, cuando los cinco jugadores de la categoría se sentaron en el medio de la cancha tras el saque inicial. Este gesto fue respaldado con aplausos por los espectadores y también contó con la solidaridad del equipo rival, que interrumpió el juego y arrojó el balón a un costado, respetando el reclamo de los jóvenes deportistas.
La protesta fue motivada por lo ocurrido en un encuentro anterior frente a Inter, correspondiente a las semifinales del Torneo Universitario. Según expresaron desde la filial, los chicos se sintieron perjudicados por decisiones arbitrales que, a su entender, afectaron el resultado y su posibilidad de alcanzar la final.
El descontento con los arbitrajes ha sido un tema recurrente en la liga, donde clubes y familias han señalado la necesidad de mayor profesionalismo y equidad en los fallos. Este tipo de reclamos, aunque inusuales en categorías infantiles, refleja el malestar acumulado y la importancia que tiene el arbitraje justo en la formación deportiva de los niños.
El gesto de la Filial Miguel Curell no solo marcó un precedente en la liga, sino que también abrió un debate sobre la gestión arbitral en el fútbol infantil y el impacto que estas decisiones tienen en los jóvenes deportistas.
La sentada de estos chicos de 14 años es una muestra de cómo el deporte puede convertirse en un espacio de reflexión y acción. Si bien se trata de una protesta simbólica, su repercusión pone de manifiesto la necesidad de que las ligas trabajen en la mejora de los estándares arbitrales, garantizando un desarrollo deportivo justo y transparente para los más pequeños.
El partido finalmente se jugó con normalidad, pero el mensaje quedó claro: en el fútbol infantil, la justicia en el arbitraje es clave para preservar los valores del deporte.