Uno de los sectores más afectados en el marco de la pandemia y la consecuente cuarentena, tanto para los profesionales como para la comunidad en general, fue el sistema de salud vinculado a la odontología.
Para hablar sobre el tema, BerissoCiudad dialogó con el odontólogo y docente de la UNLP, Emiliano Stapich, quien brindó detalles acerca de las nuevas modalidades y la lucha que lleva adelante un grupo de autoconvocados del cual forma parte.
Ni bien surgió el tema de la pandemia, las metodologías de trabajo en este ámbito fueron muy estrictas y sólo se pudo asistir ante urgencias y emergencias. Pero el hecho de no poder atender “nos puso entre la espada y la pared porque con el paso de los meses la falta de trabajo es muy difícil de sostener”, al igual que la exposición porque “porque estamos a unos 30 centímetros de la boca de los pacientes”, indicó el profesional.
Pero más allá de esta instancia, los inconvenientes dentro del sector datan de varios años. Fue por ello que un grupo de profesionales autoconvocados pertenecientes a todo el territorio nacional decidieron unirse y dónde Stapich es uno de sus referentes.
La idea de esta nueva formación es poner sobre la mesa aquellas normas y cuestiones legislativas que quedaron obsoletas con el objetivo de preservar cuestiones internas y externas.
En este sentido, el odontólogo hizo hincapié en la cuestión de las obras sociales #donde los afiliados pagan una cuota elevada que no tiene una cobertura amplia en prestaciones. Además, las obras sociales no pagan a tiempo y cuando lo hacen es una diferencia menor en relación al arancel que nosotros estamos pidiendo”.
“Lo que queremos es que las obras sociales cumplan la Ley, algo que por el momento es inviable”, consideró, recalcando la necesidad de que su labor se declare como una profesión de riesgo, “sobre todo para que el sistema de salud nos valore y poder darle al paciente una buena calidad de prestación”.
De continuar sujetos a la modalidad vigente de las obras sociales, “los pacientes hoy tendrían COVID positivo. Suena fuerte, pero es la realidad; por eso necesitamos que los pacientes nos apoyen, porque en sí los más beneficiados van a ser ellos”.
Sumado a ello, “hay que invertir y planificar en las políticas públicas poniendo en foco en la salud. Con esto intentamos que los intermediarios nos representen como debe ser y que paguen como se sebe, brindándole al paciente una bioseguridad para que pueda ir tranquilo a la atención”.
“En este camino los políticos pueden tener un rol fundamental para sobrellevar la gestión y para que todo esto se pueda dar”, concluyó convencido de que en algún momento lograrán jerarquizar la profesión, bregando por la excelencia hacia los pacientes.